Nuevos comienzos.

Había sido una mañana agradable. El espíritu del estudiante que empieza nuevo curso se respiraba en el ambiente y la introducción a las materias había sido bastante light. Volver a ver a sus compañeros después del verano le había devuelto las ganas de vivir dentro del instituto.
Una nueva etapa daba comienzo. Nueva gente por conocer, nuevos exámenes que afrontar, nuevas habilidades que iría adquiriendo poco a poco y un sin fin de experiencias que esperaba que fueran más buenas que malas.
El timbre había indicado el final de la clase de Estudio de la Alquimia cuando se dispuso a recoger sus pertenencias. Guardó sus pergaminos, libros y utensilios para tomar apuntes en su mochila negra del año pasado. La mantenía en perfecto estado.

Se levantó del pupitre y se dirigió hacia la salida lentamente aguardando a que fueran saliendo el resto del alumnado. Iba a tener un par de horas libres hasta las clases de la tarde y debía pensar en algo que hacer. En muchas ocasiones pasaba sus ratos libres estudiando o escuchando música, pero esa vez prefería conversar con alguien de agrado y compartir pensamientos, opiniones y emociones.
Por otro lado, su estómago rugía en señal de hambruna. Pero hasta las dos no se abría el Comedor, así que no le quedaba de otra que aguantar por el momento y entretenerse hasta que se hiciera la hora. Al ser el primer día de clases, aún no habían tareas ni nada que estudiar, por tanto el tiempo que tenía podía dedicárselo a él mismo.

Cuando fue su turno de salir del aula, dobló la esquina sin fijarse si estaba obstaculizada. Notó como su hombro golpeaba con la suficiente fuerza a una persona como para hacerla soltar lo que llevaba en brazos. Escuchó como un par de libros caían al suelo y varias hojas se repartían por los alrededores. Viktor se paró en seco y se acuclilló para recogerlas "Oh, vaya, disculpa mi torpeza" dijo en un tono de preocupación.